Museo de arte abstracto
El proyecto se concibe como un museo de vanguardia inspirado en las formas y principios de la naturaleza, en el que la arquitectura no impone, sino que fluye como una extensión del paisaje.
Mediante el uso de volúmenes curvos, materiales naturales y una distribución libre, el edificio se convierte en una experiencia sensorial y espacial, más que en una simple contención de objetos.
El museo se desarrolla a partir de una geometría orgánica basada en curvas suaves, superficies fluidas y transiciones sin aristas. Los volúmenes parecen emerger del terreno como colinas, ondas o formas vivas, evocando elementos naturales como dunas, conchas, cavernas o raíces. Los espacios no se organizan en línea recta, sino que se conectan mediante recorridos envolventes, que acompañan al visitante de forma intuitiva, eliminando la rigidez de la secuencia museográfica tradicional.